sábado, 4 de diciembre de 2010

Es ahora, o nunca. Thread (2)

4) Raika



-¿Demasiado británico?- rió- En ese caso creo que yo no soy demasiado alemana- añadió, y, en cierto modo no dudaba en que sus últimas palabras fuesen ciertas. Pasaba relativamente poco tiempo en su país natal, prefería, y con diferencia, pasar los meses de las vacaciones en las cálidas tierras de México. Es más, probablemente hacía más de dos o tres de años que no pasase el invierno en Hamburgo, tampoco es que extrañase eso. Quizás este era el motivo por el cual ni era, ni se sentía, como la gran parte de las adolescentes de su edad en dicho país. Ni que eso le importase. –Es más, puede que de un día para otro reciba algún tipo de comunicado en el que me informen que he perdido la parte sentimental y moral de la nacionalidad – bromeó sin estar al cien por cien segura de lo que decía. ¿Acaso ya no se sentía alemana? En fin, ahora eso era lo menos importante. Fin del tema, Raika, se dijo a si misma. –¡No! – Se apresuró a responder nada más escuchar lo que Fred acababa de decir, ni se le había pasado por la cabeza regresar al castillo, no en ese momento.-Tampoco es para tanto – añadió tratando de que el castaño no se percatase del tono, casi desesperado, que, sin quererlo, había utilizado anteriormente. – Prefiero quedarme aquí… claro que, bueno, si tú quieres volver, vamos, al castillo quiero decir. – Bien, ahora no sabía ni decir cuatro palabras seguidas que tuviesen cierta coherencia entre ellas. Perfecto, puedes estar feliz de haber hecho el ridículo Raika. - …debería haberme callado.- dijo aunque el tono de su voz apenas fue audible, dudaba si Frederick la había escuchado o no, de todas formas, ya había quedado como una tonta, qué más daba un poco más.

-Tampoco hay muchos chicos como tú… -respondió sin haber pensado previamente en ello. Bien, Raika, ¿no se suponía que jamás dirías a nadie todo lo que ahora estás diciendo? Por Merlín, y aún menos a Fred. Pero ya era tarde, lo había dicho y no encontraba forma alguna de arreglar eso y de encontrarla seguramente serviría para estropearlo todo aún más. Dejó pasar unos minutos, como si de esa forma pudiese arreglar algo. - ¿La verdad? No lo sé, cada vez que duermo me levanto como si un camión hubiese pasado por encima de mí, como si hubiese corrido durante horas o como si hubiese participado en duelos con medio colegio. – Respondió sin pensar en las consecuencias que esto podía tener. Nunca le había contado esto a nadie, ni siquiera a Celeste, al menos no todo. ¿Acaso esa noche le habían echado veritaserum en la bebida? Aún no podía creerse como había dicho todo lo que, en cuestión de minutos, había dicho. – No… no le digas esto a nadie, por favor... – dijo de repente posando su mirada en la de su compañero. – Apenas le he contado algo a Cels y tampoco quiero que me tachen de loca tan joven. – finalizó riendo ante sus últimas palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario