sábado, 25 de diciembre de 2010

Historial, Raika Van Dijk

Raika Ivana Annika Van Dijk Zimmerman




Datos Personales


# Apodos;
Rai, Ika, Ann, Nika, Raichu. [strike]Princesa & Rubia (Por Mathias)[/strike]

# Fecha & Lugar de Nacimiento;
Hamburgo, Alemania. 27 de Abril.

# Edad;
16 años.

# Residencia Actual;
Londres, Inglaterra.

# Nacionalidad;
Alemana.

# Casa en Hogwarts;
Ravenclaw

# Varita;
Madera: Palma Negra
Núcleo: Esencia de cuerno de Unicornio
Medida: 25 Cm
Especialidad: En hechizos de defensa de
contra magia obscura


# Patronus;
Lince Rojo.

# Linaje;
Mestiza.





Seguramente existan mil y una formas diferentes para definir a la joven Ravenclaw, que haya elegido esta no quiere decir que sea la más fiel o exacta, pero tampoco la que más verdades oculte. Realmente es complicado, pues depende del día en el que te encuentres con ella podrá comportarse de una forma u otra, siempre dentro de la misma línea, no es bipolar para que sea de otra forma, aunque muchos hayan llegado a pensar que lo es en algún momento u otro. Bobadas. Si, es cierto que su humor puede cambiar de un día a otro, ¿pero a quién no le pasa esto? Por un lado puede ser la persona más agradable y simpática del mundo, mas esto cambia casi radicalmente si la haces enfadar, algo que es realmente difícil de conseguir y lo cual pocos han logrado. Eso sí, ten claro que si eres del prototipo de Matthew Callahan te será bastante sencillo conseguir que la paciencia de la rubia explote en cuestión de segundos. Esto no implica, ni mucho menos, que se calle la boca y de media vuelta, todo lo contrario, si la joden, ella no se va a morder la lengua, siempre, o casi siempre, bajo comentarios sarcásticos o cometarios que puedan sentar peor que cualquier golpe y/o hechizo. Más claro; agua.

Alegre y divertida. Difícilmente te aburrirás a su lado. Es incapaz de estar sentada sin hacer nada, por lo que es difícil verla en la sala común a no ser que esté haciendo la tarea o algún que otro trabajo, no solo porque no hay mucho para hacer, sino que, además, le agobia en aquellas horas en la que la afluencia de Ravenclaws es la máxima. Por lo contrario, puedes encontrarla en los jardines del castillo, bien sea corriendo o paseando, o nadando en el lago durante los meses más cálidos. Esto no quiere decir que que evita la compañía de otros alumnos, para nada. Sin sus amigos no sería absolutamente nadie, para ella son lo más importante que tiene dentro y fuera del colegio, a parte de su familia, claro. Daría su vida por ellos sin pensarlo tan solo un segundo. No cree en el amor, al menos eso quiere hacerse creer a sí misma, pero no es tan fácil y menos ahora que sus sentimientos –hacia uno de sus amigos- es increíblemente confuso, demasiado. Nunca antes había sentido algo parecido, y eso es algo que le da pánico, no se lo ha contado a nadie, ni piensa hacerlo, al menos por el momento. De la misma forma que daría todo lo que pudiese dar por una amistad, en este caso sería un tanto diferente, probablemente también lo diese, pero el temor a perder la amistad es mayor a todos los cosquilleos, escalofríos, e incluso celos, que puede llegar a experimentar cuando está cerca de Frederick.

Intelectualmente hablando, Raika es una joven inteligente, no por nada fue seleccionada para la casa de Rowena, mas esto no quiere decir que sus notas sean las mejores de la clase, para nada. Tampoco son malas, pues hasta ahora nunca ha bajado del Supera las expectativas. Esto no es debido a largas horas frente a diferentes y aburridos libros, si así fuese seguramente podría presumir de varios Extraordinarios en sus notas, sino que posee una buena capacidad de concentración, lo que le permite prestar atención en las clases sin tener que esforzarse demasiado en atender al profesor en cuestión, y también es debido a su buena memoria, la cual podría llegar a sorprender a muchos. Podrías preguntarle casi cualquier cosa acerca de su pasado y podrá contarte hasta la más mínima y apenas importante anécdota de ese momento, eso sí, no le preguntes que ha cenado el día anterior. No podía ser todo perfecto, ¿no?

Por norma general es una joven madura, pero en ocasiones puede sacar su lado más infantil, obviamente, sin sentirse avergonzada en ningún momento. Es como es, y a quien no le guste que se de media vuelta o que se vaya en busca de una personalidad propia. Fácil. Es también una persona muy cariñosa, no dudará en abrazarte hasta que te pongas morado y más si ha pasado tiempo sin verte. Siempre está pendiente de aquellos a los que quiere, no de ir a todas horas detrás de ellos como si fuese un perro, sino de preocuparse de si están bien o están mal, si necesitan su ayuda o no.

Es única, simplemente, es Raika.




♦ Ojos

Heredados de su madre, los ojos de la rubia son azules como el cielo y aunque antes eran de un azul más oscuro, con el paso del tiempo se fueron aclarando hasta acabar en el tono actual. No es muy dificil interpretar sus miradas, pues sus sentimientos son representados rápidamente en ella: Dolor, ira o cariño, no importa lo que sienta, su mirada la delatará fácilmente. Obviamente, esto no es algo que le agrade, ya que no le hace ninguna gracia que todos sepan lo que siente, es algo que entra en su propia intimidad, y a nadie más le incumbe. Usó gafas durante unos años cuando era pequeña, puesto que tenía miopía, pero pocas veces utilizó lentillas, eran, y son, algo que le incomoda realmente.

♦ Nariz

Ni demasiado grandes, ni demasiado pequeñas. Ni puntiagudas, ni achatadas. Podrían calificarse como unas narices normales, comunes. A pesar de esto, Raika siempre se ha sentido acomplejada por ellas, sin duda alguna es la parte de su cuerpo que menos le gusta y la que, si tuviese oportunidad, cambiaría sin dudarlo. Claro que, con el tiempo, ha aprendido a aceptarse tal y como es y ya no es algo que le preocupe en exceso, total, a quien no le guste.. que no mire, ¿no?

♦ Labios

Más bien finos que gruesos, pero lo que más destaca en ellos es su palidez, que, aunque no es extrema si es notoria. Por norma general no suele utilizar pintalabios en tonos fuertes como el escarlata, a excepción de alguna que otra ocasión en la que no le queda otro remedio, ya que no le gustan dichos colores y mucho menos tener que utilizarlos. Por lo contrario, a diario utiliza brillo de labios, no destaca demasiado, y además logra que la palidez de sus labios sea menos visible.

♦ Cabello

Es de un tono rubio claro, puede llegar a parecer artificial, pero la verdad es que es natural, por mucho que algunas digan lo contrario. Jamás se teñiría, a excepción de una vez en la que perdió una apuesta con su hermano mayor y tuvo que teñírselo de rosa claro, aparte de esto, su cabello no ha sufrido ningún cambio de tono, momentáneo o no. Es liso y fácil de manejar. Suele llevarlo suelto, aunque a veces se lo recoge o se hace ondas. Cuando está nerviosa es incapaz de no llevarse las manos a uno de sus mechones y jugar con él.

♦ Complexión física

Delgada, pero no en exceso, tan solo es simple genética. Puede comer como la que más y no engordar ni un mísero gramo, aún así, sigue una dieta equilibrada. Es alta, con su metro setenta supera a la gran mayoría del las chicas de su edad, a causa de esto no suele utilizar tacones habitualmente. No posee unas curvas muy marcadas, pero esto no es algo que le quite el sueño. Su vientre es perfectamente plano, debido a las largas horas dedicadas al surf y a otro tipo de deportes muggles.






~


Aubrey Cadllan Zimmerman Yeh ●

Siendo la segunda hija de Aubrey Yeh y Rolf Zimmerman, Aubrey, nació en el seno de una familia acomodada de la República Democrática Alemana, también conocida como la Alemania del Este, más concretamente en la ciudad de Berlín, obviamente en la parte este. Mas todas las comodidades de las que pudiesen disponer no eran más que pequeñas bonificaciones al trabajo que su padre realizaba para el gobierno. Esto no quiere decir que estuviesen de acuerdo con el mismo, todo lo contrario, pero simplemente había que vivir de alguna forma, y luchar contra corriente no era la mejor de las opciones. Creció y se educó en las mejores escuelas de la capital, a excepción de sus años en Hogwarts, al mismo tiempo que su odio hacia el país aumentaba. Antiguas compañeras suyas se habían ido a la Alemania occidental, y desde entonces, sus vidas habían dado un giro radical, siempre para mejor. Y eso era lo que ella quería también, cruzar el muro que la separaba de la Alemania capitalista u occidental. Claro que sabía que esto no era fácil, y que cada vez eran menos los que lograban cruzarlo, a pesar de esto, sus intenciones no cambiaban, y cada vez estaba más decidida a cruzar la línea que la separaba de una libertad mayor a la que tenía. En un principio tenía pensado hacerlo sola, pero se conocía perfectamente y sabía que sería incapaz de separarse de sus padres, y de su hermana mayor. Finalmente, los cuatro abandonaron su hogar, con la ayuda de un concejal amigo de la familia. Las primeras semanas vivieron junto sus tíos, hasta que Rolf consiguió un empleo y pudieron alquilar una casa donde vivir los cuatro.
Cabe destacar que es descendiente directa de los Mayas, todos los descendientes de su familia han adoptado como primer o segundo apellido, incluso como ambos, los apellidos de sus antepasados, como es el caso de “Yeh”. Pero esto no es algo que se pasará a la siguiente generación.


Ernest Blaz Van Dijk Maier ●

Primogénito de una de las familias mágicas más importantes de toda la República Federal Alemana, y por ende, el heredero de una de las mayores fortunas de todo el país, incluyendo además la parte oriental. Aparentemente una familia perfecta, pero tan solo era una fachada, pues como bien dice el dicho “No es oro todo lo que reluce.” Las peleas familiares eran continuas, y las discusiones entre el matrimonio diarias. A esto se le debe añadir el ansia de poder que el pequeño de la familia tenía sobre la herencia, y el reconocimiento que su apellido le aportaba. Tal era su codicia que llegó, incluso, a tratar de asesinar a su propio hermano en varias ocasiones. Tras mucho pensarlo, y tras haber finalizado su séptimo y último año en Hogwarts, abandonó a su familia para irse a Londres, donde estudió el bachiller de derecho, tras acabar sus estudios superiores, regresó a Berlín. Su abuelo había fallecido unas semanas antes, y con la parte de la herencia que le correspondía se compró una casa en las afueras de la ciudad. Ni sus padres ni su hermano saben que ha vuelto al país, tampoco él se ha molestado en avisarles, pero sabe, que es mejor así, pues para Ernest, sus padres y su hermano, dejaron de existir años atrás.



Ilse Edith Amara Van Dijk Zimmerman ●
{En construcción.}


Heller Ancel Cort Van Dijk Zimmerman ●
{En construcción.}



Celeste Voissier : Más que una amiga, una hermana. Realmente sería complicado definir con palabras la amistad entre ambas, sencillamente porque ninguna podría expresarla ni en una milésima parte. Celeste, o Cels, es la única persona, aparte de Ilse, que sabe absolutamente todo sobre la rubia, sus miedos y temores, pero también sus deseos y metas. No hay nada que no le haya contado, porque para la Ravenclaw, ya no es una simple amiga, es una hermana de la que tan solo le separa la sangre que corre por sus venas. “Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano.” Y jamás podría haber estado más de acuerdo en algo. Para Raika, Cels es su otra mitad, si Celeste es feliz, ella también lo es, de la misma forma que si Celeste sufre, Raika sufrirá con ella.

Jessica Constantini: Amiga & Confidente. El hecho de no compartir casa no ha impedido que las horas compartidas durante las clases ayudasen a forjar la amistad que actualmente comparten. Para la rubia, Jessica es una persona de la cual no podría prescindir en ningún momento de su vida, la entiende y esto no es algo que muchos hayan intentado, ni tan siquiera, hacer. Podría decirse que conoce todo de ella, al menos todo lo que la Ravenclaw muestra, pues siempre quedarán esos pequeños detalles, que si bien puede parecer falta de confianza hacia la castaña, son simplemente eso, detalles que prefiere guardar para sí misma.
Actualmente, están algo distanciadas, concretamente desde el instante en el que la relación que Raika mantenía con Mathias tocó su fin, pues el joven slytherin era, y es, un buen amigo de la gryffindor, quién aún no entiende como han podido dejarlo después de un largo año. A pesar de esto, nadie puede negar que la amistad que las une sea inquebrantable, a la par que diferente y especial.

Frederick Woodward: Amigo & Compañero de casa. Apenas hace un año que la Ravenclaw conoce al joven Woodward. Claro que, al compartir casa ya lo había visto en múltiples ocasiones en la sala común, sin contar en el resto del castillo. Mas fue en su quinto año en Hogwarts cuando, a raíz de su entrada al equipo de quidditch, comenzaron a hablar. Para Raika, el castaño siempre ha sido un ejemplo a seguir en cuanto al quidditch se refiere, debido a esto se sentía, en cierto modo, cohibida ante su presencia, mas esto cambió rápidamente al comprobar que, a pesar de ser el capitán, era un buen amigo con el que poder pasar el tiempo haciendo cualquier cosa. Porque, al menos para ella, el tiempo que pasa junto a él parecen ser escasos minutos, le agrada su compañía y no la cambiaría ni por todos los galeones del mundo. En muy poco tiempo ha llegado a cogerle mucho cariño, tanto que incluso llega a asustarla, pues tiene varios amigos, pero ninguno puede compararse a Frederick, aunque, a pesar de esto, prefiere hacer como si nada de esto sucediese, pues desde su punto de vista es mejor dejar las cosas como están si estas van bien y jamás se perdonaría el ser la culpable de que esto cambiase.





{En construcción}

“Esta, es mi historia, la que yo decidí recordar,
con la memoria, el corazón.”

~

Nunca me había parado a pensar en mi pasado, al menos, hasta ahora. Me encontraba en mi cuarto, en unos días regresaría a Londres y debía preparar todo para el viaje. Había estado buscando mi pulsera por toda la habitación, maldije varias veces durante las dos largas horas en las que puse la habitación patas arriba. Unos libros por el suelo, los cd´s repartidos por encima de la cama y prácticamente toda la ropa tirada por doquier. Seguro que pensaréis que estoy mal de la cabeza, pero es que, ¡no puedo irme sin esa pulsera! Tiene un gran valor sentimental, no cabe duda, y es rara la vez que no la llevo en una de mis muñecas. Me la había regalado mi abuela en un mercado local, y desde entonces nunca la había perdido de vista, hasta hoy, claro está. Podía oír la voz de mi madre, repitiéndome una y otra vez que no pensaba recoger después todo aquello, ¡ni que se lo hubiese pedido! Haciendo caso omiso a sus palabras abrí uno de los cajones, en el cual aún no había mirado, creo. Pero en su lugar encontré una vieja caja de cartón. No podía ser cierto lo que mis ojos estaban viendo. Creía que mi madre la había tirado. Mi rostro era todo un poema. Para quienes no lo sepan, en esa caja había guardado decenas de objetos y textos, algún que otro juguete y el diario que escribía cuando era pequeña. En ella se encontraba recogida prácticamente toda mi infancia. Aún no podía dar crédito.


“El Señor Oso”

¿El Señor Oso? No pude evitar sacarlo de la caja. Ese muñeco de trapo había estado conmigo desde siempre, no recordaba un solo momento de mi vida que no hubiese pasado a mi lado. Mamá me había contado que mi tía me lo había comprado a los pocos meses de haber nacido, y desde entonces, no lo había soltado. Estaba como lo recordaba, ni una mota de polvo sobre su cuerpo de tela y algodón. Reí al recordar como mi madre había cosido una y otra vez el ojo derecho, el cual se caía cada dos por tres. Además, con el paso de los años había perdido el color original, pero eso nunca me había importado. Pude haber tenido miles de peluches, juguetes, o lo que sea, más, pero ninguno había sido tan importante para mí como el Señor Oso. Y, a pesar de que mis padres habían insistido cientos de veces en deshacerse de él y comprarme uno nuevo, yo nunca había querido. Ninguno podría reemplazarlo. Miles de imágenes se amontonaron en mi mente al observar de nuevo al muñeco. La primera vez que había dormido en una cama, y no en la cuna. “Ya eres una niña mayor” Me habían dicho mis padres antes de dejarme en mi nueva habitación. También había estado en mi primera noche fuera de casa, mis padres habían salido de viaje y no tenía más remedio que quedarme en casa de los abuelos. O en la guardería. Si, durante mis primeros años de vida asistí a una de las múltiples guarderías muggles de Hamburgo. En mi familia nunca se tuvo muy en cuenta si eras un sangre limpia o no, si eras mago o todo lo contrario. Pues, desde mi punto de vista, es un sistema que sigue las tendencias del nazismo. No me miréis así, ¿acaso no era pureza de sangre lo que ellos buscaban? ¿O es que los judíos no representaban el mismo papel que los sangre sucia? Todos son iguales, no importa la magia que puedan poseer unos. Ambos siguen los mismos ideales, unos ideales que, directamente, están de más en el mundo. Con lo fácil que sería que todos nos llevásemos bien, sin importar la sangre que corriese por nuestras venas. Ni que fuesen superiores, claro que, eso es lo que ellos se creen. Asco sería el mejor adjetivo para describir lo que siento hacia ellos. Respiré. Sería mejor que no pensase más en eso por ahora, el pobre muñeco no tenía la culpa de nada, pues sin darme cuenta, mis manos estaban casi estrangulándole, y el ojo de plástico amenazaba con caerse de nuevo. Sonreí, y lo dejé a mi lado, mientras miraba el interior de la caja.


"¡Foto de familia!"

Tras dejar al señor oso, mis manos buscaron de nuevo entre los objetos que había en la caja, entre ellos pude ver una fotografía. No tardé ni dos segundos en cogerla. Recordaba a la perfección el día en el que nos la habíamos sacado. Había sido mi primer viaje a la Rivera Maya, donde vivían mis abuelos maternos. Tendría sobre unos seis o siete años, no más. Recuerdo como todo me había llamado la atención. Pero no era para menos, estaba acostumbrada a las ruidosas calles de Hamburgo, a los altos edificios y, sobre todo, al movimiento, pues en la ciudad todo parecía ir a cámara rápida, y también parecía que todo el mundo llegaba tarde a cualquier parte. Nadie paraba a hablar, ni tan siquiera a saludarse, la educación brillaba por su ausencia y en su lugar se encontraban los codazos y los empujones. En cambio, allí todo era completamente diferente. Todos se conocían entre sí, no importaba la prisa que se pudiese tener, siempre había tiempo para hablar con un amigo o para saludar a algún que otro conocido. Si, puede decirse que desde la primera vez que posé mis pies sobre aquellas tierras, me enamoré por completo de todo lo que me rodeaba. Me pasaba las mañanas en el hotel, que mis abuelos llevaban desde hacía unos años, y las tardes en las playas que lo rodeaban. Nada podía ser mejor que aquello, y a día de hoy aún no he encontrado ningún lugar del mundo en el que me encuentre mejor, y dudo que lo encuentre. Ahora que lo pienso, hacía casi un año que no iba, pero desde que habían comenzado mis clases en la universidad mi tiempo libre se había reducido a la mitad, y en las vacaciones solía aprovechar para adelantar materia o estudiar temas atrasados. Junto a esta había un par de fotos más, en una de ellas estábamos Ilse, Heller y yo. Como no, me encontraba aplastada, literalmente, entre ambos. Reí. Ese día habíamos bajado a la playa que estaba justo frente al hotel. Y, sin quererlo, entre esos dos bestias que tengo como hermanos me enterraron en la arena. Esa imagen quedó impresa en otra fotografía, recuerdo exactamente el momento en el que Heller había dicho “patata”. Reí al recordarlo, claro que en ese momento lo único que mi rostro mostraba era la rabia que sentía con unos cuantos kilos de arena sobre mi cuerpo. Dejé de nuevo las fotografías en la caja. Debería buscarles un álbum, no merecían estar guardadas en una caja.


"La caja de música"
En Construcción.


"¡El diario!"
En Construcción.


"Matemáticas Aplicadas"
En Construcción.



[ ... ]






Estudió en el Ephraim Lessing School, un reconocido colegio muggle en Alemania, hasta los once años, pues fue entonces cuando comenzó sus estudios en Hogwarts. Fue seleccionada para la casa de Ravenclaw.
Desde que tiene uso de razón se muerde las uñas cuando está nerviosa o impaciente por algo, ha intentado dejar de lado este mal hábito con la ayuda de diferentes productos, tanto muggles como del mundo mágico, pero aún no lo ha logrado.
En contadas ocasiones rechazaría una invitación a una fiesta, a pesar de que no es de las que beben hasta perder cualquier tipo de sentido, claro, si es que lo tienen, pues desde su punto de vista no hace falta estar en un estado tan deplorable para poder divertirse.
Además del alemán, su lengua materna, la rubia domina el inglés a la perfección, idioma con el que ha convivido desde que dijo sus primeras palabras. Ya en la escuela comenzó a tomar clases de francés, que, aunque no lo domina tanto como el inglés, puede defenderse perfectamente. También conoce el español, pues una gran parte de su vida la ha pasado en tierras hispanoamericanas.
En su quinto cumpleaños sus padres le regalaron un piano de cola, pues meses atrás había comenzado a dar clases de dicho instrumento. Pero en realidad, siempre se decantó más por el clarinete, no por nada en especial, simplemente la melodía producida por este instrumento lograba relajarla y calmarla. Por ello, todos los veranos, después de haber comenzado a asistir a Hogwarts, tomaba clases en una escuela de música que había a unos pocos kilómetros del hotel de sus abuelos.[font=Verdana] Nació en Hamburgo, Alemania.
Tiene dos hermanos mayores, Heller, dos años mayor que ella, y Ilse, cuatro años mayor.
Tiene un tatuaje con forma de salamandra y un piercing en el ombligo. Le encanta el dibujo, sobre todo el dibujo técnico, podría pasarse horas dibujando sin cansarse.

Desde hace unos años practica surf, se podría decir que es uno de sus deportes predilectos.
Le encanta la danza, tanto clásica como moderna, y, junto a su hermana mayor
solía practicarla todos los veranos, cuando iba a pasar las vacaciones a Alemania, pero no deja que nadie, salvo Ilse,
la observe mientras baila.
Cuando aún estaba en Hogwarts, en 5º Curso, perdió una apuesta con su hermano, a raíz de esto tuvo que teñirse el cabello de rosa durante dos largos meses.
{ ҳ̸Ҳ̸ҳ }


ҳ̸Ҳ̸ҳ Álbum de Fotos. ҳ̸Ҳ̸ҳ

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