sábado, 25 de diciembre de 2010

Thread, Another Promise, Another Scene

{ Último Sábado de Septiembre. | 21:39h. | 6ºC, Fuertes Vientos & Precipitaciones en Forma de Nieve | Casa de los Gritos }

Privado ;; Matthieu Borysz Gaccione Bacciarelli


Había pasado ya casi media hora desde que la cena hubiese acabado y todos los alumnos abandonasen el gran comedor para ir a sus diferentes salas comunes. Claro que, Katya no eratodos los alumnos. Ni tan siquiera se había dignado a aparecer por el comedor cuando todos sus compañeros de casa dejaron lo que estaban haciendo para abandonar su sala común e ir a cenar. Es más, ni tan siquiera se había dado cuenta que ya había llegado la hora de la cena. El tiempo se le había pasado demasiado rápido, no podía dejar de pensar en esa slytherin clavada a ella. Con sus mismos ojos, su mismo rostro y prácticamente su mismo cuerpo. Pero en lo que realmente no podía dejar de pensar era en las ganas que le habían entrado de matarla ahí mismo, como si fuese una liebre y la luna llena la hubiese transformado en el monstruo que era cada luna llena. No, no tenía ningún sentido, podía ser una persona fría, que odiase a más de la mitad de los alumnos de Hogwarts o que, simplemente no demostrase aprecio hacia nada ni nadie a excepción de unos pocos que se habían ganado su confianza. Podía ser todo lo que dijesen de ella, pero no era ninguna asesina, bueno, los animales con los que se encontraba en el bosque prohibido, no contaban, ¿no? Tan solo lo hacía por mero instinto, un instinto que ella no había elegido, y, sobre todo, no era consciente de sus actos. Se mordió el labio inferior y cerró el libro que estaba leyendo; “Licántropos: Leyendas y Mitos.” No había encontrado nada que pudiese ayudarle o, al menos, explicarle que era lo que estaba pasando. Lo miró por última vez antes de tirarlo sobre la mesa en la que se encontraba y levantarse para salir de allí.

Las ramas crujían bajo sus pies a medida que estos avanzaban por el sendero que llevaba al Sauce Boxeador. Lo había descubierto hacía un par de semanas, casi al inicio del curso y le había sido realmente útil. La verdad, desconocía el porqué de la existencia de ese pasadizo que llevaba a la famosa Casa de los Gritos. Había escuchado algo sobre un tal Lupin, pero no le dio más importancia, ni preguntó de quién se trataba ni le interesaba saber más acerca del que algún día fue, al igual que ella, alumno de Hogwarts. Sin más, y esquivando ágilmente las ramas de dicho árbol, entró por la boca del mismo. Fue cuestión de minutos que estuviese ya en la Casa. Siempre había oído hablar de ella, desde que era pequeña, pero no fue hasta que ingresó en Hogwarts ese mismo año, hasta que pudo tenerla frente a si misma y dar una imagen real a lo que hasta entonces no habían sido más que palabras y cuentos. Si, podía decir que todo lo que había escuchado acerca de ella hubiese sido cierto en algún momento del pasado, pero ahora no veía en ella más que una casa vieja y destartalada, cuyo único peligro era que la planta superior se desplomase sobre la inferior. Rio para si misma al pensar esto y, con ayuda de su varita, hizo que una fina llama de fuego ardiese en la chimenea, pues el frío exterior se unía perfectamente al del interior y, a pesar de que aún era Septiembre, las temperaturas ya eran lo suficientemente bajas como para estar así, sin más, a unos siete grados. Una vez hizo esto, se sentó en uno de los sillones. Le agradaba pasar el tiempo en ese lugar, fuese la hora que fuese. Y, sería un lugar perfecto para llevar a cabo todo lo que tenía pensado para averiguar que era lo que realmente le estaba sucediendo.

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